jueves, 29 de enero de 2009

Escarbo la Hojarasca

A la memoria de mis abuelos paternos,

Óscar y Berta, a quienes apenas conocí...


Escarbo la hojarasca

hasta encontrar los huesos

de los padres antiguos:

afirman el silencio de la carne,

el olvido de sus hijos

y de los hijos de éstos.


La memoria de sus voces fue ahogada

por la mano del tiempo.


Sólo la tierra reseca y el agua germinal

recuerdan el cuerpo de sus voces.


Qué fue de la labranza

y del sudor de esa tierra:

la partida es el sello perpetuo,

clausurador de los trinos viscerales,

después de ella sólo el viento.

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