Tú, ígnica argamasa,
de cual sideral veta blasfema
Llena de ira tu traza
invitas a la yema
al abandono de su sistema.
Vendaval piepunzante
de coleópteras marcador vivo
Al tizo, ¡oh su amante,
lacerador altivo!
Deslumbrador furioso, tú, divo.
Quietud de falsa creencia
desatino del dormido bufón:
no hay gas para tu ciencia
ni fuego para el tizón
¡transmite el candor de tu fundición!
Antorchas animadas
por el exilio salvaje del alma
Allá, lejos, clavadas
danzan en lustre calma
apiñadas en la circular palma.
No hay comentarios:
Publicar un comentario