Lo afirmo con el Apóstol,
aunque se vuelva profano:
“No hago el bien que quiero,
sino el mal que no quiero”.
Y que lo santo se vuelva herejía,
no es producto vano.
es para demostrarte
hasta donde debe llegar nuestra valentía.
Te canto porque te he dañado,
este es el mal que no quiero.
nuestro ser está primero,
hagamos que lo nuestro sea sagrado.
ADRIAN ATENZA
Hace 12 años
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